De Lisboa a Zaragoza

Esta semana la he comenzado con un par de días en Lisboa, o mejor dicho, el primero en Setúbal y el segundo ya en Lisboa, cerca de Amoreiras, junto al famoso shopping (así llaman allí los centros comerciales). El hotel en el que estuve, de lo peor, pues creo que había “pilinguis” en recepción esperando “algo” (¿o por algo?). Eso sí, el Internet sí que era bueno, mucho mejor que el de casa.

El jueves tuve visita relámpago a Zaragoza. Salí a las 6:00 y regresé a las 22:30, evidentemente en coche, pues en AVE no es barato y también me habría tocado madrugar, además de no tener coche que es siempre un incordio cuando las reuniones son cada una en una punta de la ciudad. La última la tuve justo al lado del Pilar. Nunca había estado (o al menos que yo recuerde) y me sorprendió lo grande que era. Lo único malo fue la vuelta, que traté de hacer caso a las señales y me di más de una vuelta por la Z-40, la “M-40” de allí.

El pilar al salir del parking que hay justo al lado

El pilar al salir del parking que hay justo al lado

Para terminar, el sábado votamos Alicia y  yo a las elecciones europeas, pues lo habíamos solicitado por correo (en casa voy a estar, pero me da mucha pereza ir al colegio electoral). Por la mañana temprano llegó el cartero, quien me entregó la documentación. Tranquilamente, con todo el taco de papeletas, elegí el voto, lo metí en el sobre que hay que meter en otro junto a otro documento y ya está, a correos a certificarlo. A ver si sirve de algo…

Fuego cruzado

Cierto mayorista de soluciones informáticas ha conseguido mi email del trabajo y me envía ofertas de productos… les he respondido que les ofrezco los míos, que son la caña 😉

¿Pero esto qué es?

Eso mismo he pensado al ver esto en la ventana:

¿Cómo ha podido llegar eso ahí?

¿Cómo ha podido llegar eso ahí?

Sí, parece un hueso de un muslo de pollo. Alicia es amiga de dejar pan a los pajarillos en la cornisa de la ventan, pero asegura que ella no ha dejado eso ahí. ¿Un gorrioncillo puede?, yo creo que no, ¿hay bichos carroñeros tan grandes como para dejar eso ahí?.

Cumpleaños de Alicia

El día 18 fue el cumpleaños de Alicia, así que para celebrarlo, fuimos ese mismo lunes por la noche a un restaurante italiano en Alcalá, el Abruzzi (que ahora con los terremotos cerca de Roma, el nombre suena bastante).

La comida era muy abundante, y en la carta hay un aviso, indicando que algunos platos son para compartir (¿cuáles?), pero la camarera nos nos avisó, así que nos llevamos lo que no pudimos terminar de la Pizza de la Nona que Alicia pidió y mi Calzone en una caja de pizza (tienen servicio take-away).

Para la familia, la celebración consistió en una barbacoa, que siempre gusta a todos y con salsa BBQ made at home.

La barbacoaaa, la barbacooaaaa

La barbacoaaa, la barbacooaaaa

También este sábado tuvimos cena con amigos de Alicia en casa, y de paso, jugamos hasta las mil al “Los Colonos del Catán”. No me suelen gustar los juegos de mesa y, como ya estaba casi catatónico, jugué muy empanado… ¡y por primera vez casi gano! (me ayudaron un poco, de otro modo, hasta se me olvidaba mi turno).

Se nota que el trimestre está avanzado

Ya llevaba un tiempecillo sin escribir, pues se nota que el trimestre ya está avanzado y el poco tiempo que me sobra hay que aprovecharlo.

La semana pasada, la de San Isidro, donde tuve festivo, fue relativamente tranquila, aunque tuve un par de días de “acción” en Guadalajara. Quería haber comprado, como recompensa pues se solucionó el problema, una caja de bizcochos borrachos en Hernando, pero como el cliente me acompañó casi hasta el coche, me dió un poco de apuro. En cualquier caso, tampoco me convienen.

Esta semana sin embargo ha sido algo más movida. He estado en Santander y Gijón. Fui en avión, pues en coche implica una noche más de hotel y un día perdido (entre ida y vuelta), así que sale rentable. El aeropuerto ya lo conocía, pero creo que lo han ampliado y ahora tiene dos fingers. Para moverme por allí alquilé un coche con LastMinute que sale más barato que directamente con Atesa y, aunque era con franquicia (todo el rato pensando en que me iba a tocar a mi pagar cualquier arañazo), LastMinute tiene un seguro (mucho más barato) que te devuelven el dinero.

Hacia la primera reunión, por el paseo marítimo

Hacia la primera reunión, por el paseo marítimo

Por la mañana tocaron reuniones en Santander y por la tarde Gijón (donde comí, para variar en un chino, pues tienes una buena mesa en la que abrir el portátil y trabajar un poco), para por la noche volver a Santander. Allí me hospedé en el Hotel Escuela Las Carolinas, un sitio muy, pero que muy recomendable. La habitación, el trato… todo excelente.

En el museo arqueológico están quitando ciertos escudos

En el museo arqueológico están quitando ciertos escudos

Terminado el día, de vuelta a casas, pero en un avioncito de Iberia… al menos no era de hélices, pero se movía bastante. Lo peor es que salí de la Terminal 1 de Barajas y regresé a la 4, tocando coger el autobús que une las terminales (un atraso, en Heathrow hay una especie de metro o un autobús interior… el de Barajas va por la autovía y no pasa por la de peaje, dando más rodeo).

Finalmente, con tanto viaje, me ha tocado currar el finde preparando los trainings que tengo que dar, pues como hemos sacado un nuevo producto, ha cambiado el temario.

Un par de semanas ajetreadas

La semana del 27 tocó ir a Barcelona. Allí estuve un par de días, de un lado para otro tanto a pie como en coche. Pude planificar más o menos bien las reuniones, de tal modo que el primer día tiré de coche y al día siguiente estuve por la ciudad, dando un “paseito” entre reunión y reunión.

El coche fue un PepeCar, que salío tirado de dinero (menos de la mitad que sus competidores), y eso que lo alquilé con sólo un par de días de antelación. El problema es que era el más pequeño, un Ford Ka de gasolina… Hacía años que no cogía un gasolina (desde la autoescuela, siempre diesel), así que un poco temeroso con calarlo. Lo pasé un poco mal en una rampa muy empinada, donde me tocó tirar de freno de mano pero el coche lo subí sin problemas como cualquier otro (tenía más preocupación que otra cosa).

Lo bueno de esa semana es que el día 1 fue festivo, haciéndola cortita y más llevadera… Aún así, el día 30 lo había cogido de vacaciones que tuve que cancelar.

En la siguiente semana, el lunes tuve que ir a Évora, una ciudad en Portugal, a mitad de camino entre Badajoz y Lisboa. Aproveché a ir el domingo y estuve en Montijo (cerca de Badajoz) pues es cierto que hace mucho que no voy por allí y ya tocaba.  En cualquier caso, fue visita relámpago, así que imagino que no cuenta mucho. A la vuelta de Évora, pasé por Badajoz a comer con cliente y vuelta a Madrid. En sólo dos días había recorrido 1100Km.

El miércoles, tocó Valladolid, donde pude ver el edificio que allí tiene mi anterior empresa (igual pero más pequeño) y otra vez vuelta a casa. Espero que nadie de la zona me lea, pero… ¡cómo tardan en arrancar en los semáforos!. Pasé por la Renault (no sé qué modelos fabrican) y quizás pude ver más esta marca de coches por la zona que cualquier otra, aunque quizás era una sensación subjetiva.

El jueves, a Burgos y de allí a San Sebastián (y no de los Reyes…). Tocó hacer noche allí y al día siguiente, el viernes, tras una reunión, tocó volver a casa, pasando por Vitoria para algunas más. El hotel estaba ubicado en la Plaza Zaragoza, justo una calle detrás de la Playa de la Concha, así que, hice un pequeño descanso por la tarde para darme una vuelta por la zona, ya que no había estado allí antes. A la cena, como no soy amigo de lo nuevo sin conocer (culinariamente hablando), estuve en un argentino cercano. Como curiosidad, en el restaurante, había un gallego prejubilado que venía casi desde París en bici… se ve que durante el viaje no ha hablado con mucha gente y no había forma de cortarle.

Así pues, en total, en esa semana han sido algo así como 2600 kilómetros… la revisión del coche, que parecía lejana, ya no lo es tanto, por lo que me tocará pedir cita casi de urgencia. Voy a pedir votos para protagonizar el próximo spot de “¿Te gusta conducir?”, aunque en mi caso sería: “¿quieres caldo?, ¡pues toma dos tazazs!”.