Mi primera caries

Sí, acabo de ir al dentista y me ha detectado una caries, mi primera caries (musiquita del anuncio de chispas). En breve tendré que ir a por el pertinente empaste.

Es muy pequeña y casi no interesa tratarla, pero, mejor prevenir que curar y nos quitamos un problema de encima. Por cierto, tenían como una minicámara para hacer una foto a la “incidencia” dental detectada y que puedas verla por tus propios ojos. Tenía que haber pedido al menos el screenshot para la posteridad.

Problemas con el Servidor

Un amigo (gracias Javi), me ha comentado que, por defecto, al meter mi “dominio”, se accedía a mi sección del blog. Esto era debido a un error en la configuración.

Podría parecer una chorrada, pero la $GA€ y demás, podrían poner un emule fraudulento, tomar nota de las IP’s con las que conectan (un simple netstat -na | grep ESTAB) y probar a ver si tienen el puerto 80 TCP abierto. En general, salvo que usen como yo (y eso espero) servidores virtuales, les aparecerá la página principal con tan solo poner http://IP_PARDILLO. De este modo, si el “pardillo” tiene su CV o da datos “sensibles”, sin necesidad de orden judicial, tendremos de forma bastante segura a quién pertenece esa IP y qué está descargando.

Espero haber corregido este pequeño inconveniente…

P.D: Sí, lo sé, la seguridad por ocultación no es la panacea, pero… ante estas prácticas que rozan los límites de la legalidad podría valer.

¡Vaya día!

Pues sí, menudo día… a eso de las 11 de la mañana, se ha ido la luz. Poco a poco se ha ido yendo el resto de servicios (switches, servidores…).

Cuando las baterías de los portátiles fenecieron, era tontería seguir en el despacho, así que decidimos bajar a la calle. Claro, que tampoco funcionaban los ascensores, así que, 15 plantas a pata. Lo pero es que tampoco funcionaban las luces de emergencia, así que, con los móviles iluminando el camino.

Una vez en la calle, junto con todo el mundo (aunque algunos de los “autóctonos” bien pertrechados y con rumbo decidido a su casa), sin saber bien qué hacer.

Después de comer, volvemos, parece que hay luz y los ascensores ya funcionan, pero la red sigue caída, por lo que poco podemos hacer… el caso es que tenemos que seguir ahí, por lo que siempre viene bien repasar la documentación, mirar algún pdf…

Para terminar, lo reconozco, me quedé con las ganas de escupir desde la planta 15 😀

RENFE y sus timos

Comenzamos con el primer post “metecaña” de los que tanto me gustan.

La historia comienza cuando el otro día con el coche estropeado tuve que usar la tan famosa estos días RENFE. Resulta que antes de ir en coche, tenía un boleto de 10 viajes y me sobraba uno. Al querer usarlo, veo que no lo reconoce. Se lo comento al “señor de la garita de los tickets” (dependiente es raro en este contexto) y me dice que sólo tiene validez de un mes… UN MES!!!!. El Bono Metro tiene un año, así que, no puedo pensar otra cosas de esta situación: ¡Es un fascismo! .

Como a la ida al curro todos vamos pillados de tiempo, la venganza se hace esperar, lo que me da todo el día para lanzar un thread en background que vaya cavilando la hojita de reclamación.

Cuando vuelvo por la tarde a la estación, pido el Libro de Reclamación para plasmar mis “sentimientos”:

“… Tengo un bono de 10 viajes y compruebo con gran estupor que éste es sólo válido durante un mes, no como el Bono-Metro que dura un año (y que es canjeable hasta 2/3 meses después). Sólo interpreto este hecho bajo la pura especulación y ánimo de lucro de RENE, y por supuesto, de quien depende (por desgracia), el Ministerio de Fomento. Esta práctica parece saca de una novela de gangsters y mafiosos pero pensaré con buena fé y no atribuiré estas negativas cualidades a los que, pensando en el beneficio y no en la labor social, han parido este fascismo…”

Ya os contaré cuando me llegue la respuesta a esta reclamación, que por cierto, os animo a hacerlas para que esta gentuza no nos siga ninguneando.

Habemus SSL

Pues sí, tras muchos quebraderos de cabeza con los virtual hosts (que si visitáis la web los habréis notado), ya está todo. Ahora podré editar contenido o podréis ver el blog sin miedo a ser espiados.

Esto surge de la necesidad de poder logarme como editor o administrador desde cualquier ubicación, sin necesidad de esperar a llegar a casa. Un simple TCPDUMP desvelaría la password empleada y podría ser fatal. Por otro lado, mientras consigo hacer funcionar el módulo rewrite, el https está habilitado para cualquier sección (no sólo la zona VIP), así pues, también podría servir para que los que me visitáis tengáis algo más de privacidad.

El otro día me dijeron que era un “know-aholic”…

Para terminar, sólo decir que la rueda del coche está bien.

¿Fin del pinchazo?

Tras mucho llamar, Alicia consiguió hablar con Norauto de “Sanse”. Nos dieron cita a las 19:00. El encargado de allí, al escuchar la historia alucinaba, desde lo que había salido en la rueda como la “poco oficial” hora de cierre de Torrejón (a las 21:00 cuando debería ser a y media). Él mismo cogió la rueda y en unos 40 minutos (para dar tiempo al parche de “actuar”) ya estaba todo. Incluso, al recoger el coche, la de repuesto la había metido en el cubículo del maletero y dejado todo ordenado.

Una vez en casa, no oímos el “psssssssssssss”, pero, la estaremos vigilando.

Poco más que contar por ahora… bueno sí, pero eso mañana, a la misma hora y en el mismo canal.

De vuelta de Norauto

Tras ir por la tarde a arreglar el pinchado, para lo que tuvimos que esperar cerca de 3 horas (hasta las 21:30 en la tienda cuando cierran a las 21:00), al llegar a casa, parar el motor y salir del coche, esto es lo que me encuentro:

Esto es una mierda (vídeo mp4)

Así pues, me toca cambiar de nuevo la rueda y volver mañana para ver cómo solucionar esto.

De propina, por si no se ve en el vídeo, una foto con la “plasta” que me han dejado:

Plasta en la rueda

Pinchazo en el coche

Esta mañana, al arrancar el coche, al salir de la plaza de garaje, parecía costarle un poco, como si tuviese un pequeño bordillo en la rueda… Al mirar el “horizonte” (el morro con la referencia de la pared), parecía torcido hacia el lado del copiloto, lo que me llevó a deducir lo que pude comprobar tras bajarme: la rueda estaba pinchada.

La pobre había perdido todo el aíre, con lo que la llanta (de acero chungo, no de aleación molona) estaba en el suelo.

A esas horas de la mañana y sabiendo que tengo al lado el tren (también iba vestido de “pitiminí”), dejé el coche y usé el transporte público.

Finalmente, al llegar por la tarde, he cambiado la rueda por la de repuesto (es de las normales, lo que me dará para algún que otro día) y pediré cita en Norauto. Cuando cambié las ruedas hace algo más de un mes, compré el seguro de pinchazo, así que espero que haya valido la pena.

Estado de la rueda en reposo

Descubriendo el pinchazo