De crucero (II)

Hoy tocaba navegación todo el día, rumbo a Jamaica. Tras el desayuno, ¡con nachos y chili!, tuvimos el simulacro general obligado por Navegación Marítima. Estás en tu camarote y al oir 7 bocinazos “cortos” (de varios segundos) y finalmente uno largo, se supone que tienes que coger tu chaleco salvavidas, ajustártelo e ir hacia tu zona de reunión, en nuestro caso junto al casino del barco, que da a los botes salvavidas. No sé si al Ministerio de Igualdad le gustará la cosa, pero las mujeres y los niños entran primero en los botes… Me pregunto si los músicos serán los últimos y tendrán que seguir tocando.

Ese día lo pasamos explorando las 12 cubiertas del barco y en la piscina con el jacuzzi. Se dice pronto, pero nosotros estábamos en la 5º planta (empieza desde la tercera, las inferiores son máquinas y tripulación) y para subir a la 11 donde estaba el buffet era muy aconsejable ir en ascensor. Tuvimos ya oportunidad de ver a los animadores, que estuvieron dando clases de baile en la piscina, concurso masculino de piernas sexys… cuando me olí el percal, nos fuimos al bar, pues los animadores sacan a gente, así que para evitar momentos embarazosos, mejor estar un poco alejados y ver a los demás haciendo cosas raras.

Ese día tocó la cena con el Capitán, donde nos presentaron a él y a la tripulación. La verdad es que no nos habían avisado de estos temas y para los amantes del “pedorreo”, los cruceros son ideales: día de gala con el capitán, día de blanco, día tropical, día pirata… tienes que llevar tropecientas maletas. Se presentó la responsable de entretenimiento, así que pudimos poner cara a la voz que cada día por megafonía nos indicaba la previsión meteorológica, las actividades y que pasásemos un día estupendo.

Por cierto, los mojitos, piñas coladas, etc… comenzaron a rular.

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