Ave a Barcelona

La semana pasada, para ir al Training de Barcelona, decidí coger el AVE y evitar los molestos controles de los aeropuertos.

Para entrar en la estación, únicamente hay que pasar las maletas por un scanner, no siendo necesario desnudarse como ocurre en los aviones. Además, puedes embarcar unos pocos minutos antes que la partida, así que no hace falta estar mucho tiempo antes en las estación (eso sí, si vas muy justo y los semáforos están en rojo, te arriesgas a no llegar como apures).

El viaje dura unas 3 horas, durante las cuales, te ponen una peli, tienes el bar (un par de bocatas de jamón, cerveza y cocacola por 17 €… ¡me los quitan de las manos oiga!).

Era la primera vez que iba en AVE, así que, no hacía más que recordar lo que me contaba la gente: es como si levitase, parece que va volando, no hay traqueteo…. ¡¡¡Y un pepino!!! Aquello se mueve como un barco, tanto a la ida como a la vuelta. Al andar por el pasillos, te tienes que agarrar a los asientos porque se pierde el equilibrio y mientras estás currando con el portátil, las manos se me iban de las teclas del vaivén que tiene.

Para terminar, en clase turista no está incluido el parking, que sólo vale 25 €/día, por lo que, según vaya a ser la estancia, quizás compense pillar un billete de Business (además de no tener a dos garrulos palurdos detrás pegando voces porque no se oyen entre ellos al llevar los auriculares puestos).

Más trainings

No, no me he olvidado del blog, pero estas dos últimas semanas han sido bastante movidas.

Como sabéis, la semana pasada tuve el training en Lisboa y esta, he tenido el de Barcelona y, en un momento, el de Madrid. Además, el domingo se fue Alicia.

En breve comentaré más detalles de las aventuras que me acontecen en los trainings y qué cosa nueva (y friki) he preparado en casa (naaa, en 10 minutillos ya estaba).

Trajes baratos… me los quitan de las manos…

Un compañero de trabajo me recomendó unos trajes que hace un amigo suyo y me estuvo dando lecciones sobre trajes.

Cosas como el doble etiquetado (marca del traje y marca de la tela), las terminaciones bien hechas, el entallado correcto… y la verdad, casi me compro varios, pero, ¿cómo me voy a gastar un dinero en trajes sabiendo que luego me va a tocar tirarme al suelo para meter cables o coger cajas?.

Para quien no lo sepa, no es la primera vez que vestido de traje me toca meter máquinas en racks (armarios), estar de rodillas en el suelo y meter el brazo entre los raíles de los servidores (llenos de grasa)…

Ayer, en Carrefour, vi el cielo abierto, trajes a 20 pavos (americana y pantalón) y no me quedan mal. Sobra decir que me compré dos. Ahora ya puedo ir de traje a currar sin el agobio de un enganchón o mancharme.

Vaya semanita

Ha sido llegar de vacaciones y comenzar con energía. Cada día he tenido una actuación en un sitio distinto y, para colmo, con distinto repertorio, lo que me ha obligado a preparar la interpretación en casa…

Al menos, parece que no van saliendo mal y como dicen por ahí, lo que no te mata te hace más fuerte.

Tras todos estos días sin hacer caso al blog, ya tocaba una actualización… ¿qué quieres caldo?, ¡toma dos tazas!