He tenido sesión doble esta semana. El curro comenzó a la misma hora de siempre, pero no fui a donde “suelo ir”, sino al teatro para preparar el show, que como todo el que se precie, debe hacerse a partir de las 22:00.
La preparación duró hasta las ocho de la tarde, así q, fui a casa a cenar un poco, tratar de relajarme para no tener nervios durante la función y vuelta al tugurio.
El show comienza, pero hasta las 00:00 no empieza lo bueno, mientras tantos, numeritos por un lado y por otro, aunque alguno con cierto riesgo. A partir de la hora mágica, el show se desmadra, se quita la red y el miedo desaparece, sabes que te la juegas, pero, ¿quién ha dicho que la fama no cuesta?.
Sobre las 4:00 termina la función repleta de bises, rarezas y obras insólitas, así q, a dormir un poco, pues a las 8:00 hay que recoger el local, ya que la gente lo deja lleno de palomitas, cocacolas… y, como las veces anteriores, dura más de lo esperado, hasta casi las 20:00…
Llegué a casa como un zombie (el dolor de cabeza era insoportable), así q, cenando un poco y a las 22:00, cuando en el hormiguero cantan eso de “vete a dormir”, me fui para el sobre… quizás podría haber seguido despierto para:
a) Ver cuánto aguanto
b) Comprobar si es cierto lo de las alucinaciones tras largos periodos de vigilia
c) Verificar que dormir no sirve para nada y que es un vicio (insano, por cierto)
d) Conseguir un internamiento en un instituto frenopático, aunque quizás debería primero ser cierto el punto b