De crucero (III)

Arribamos a Jamaica, a Montego Bay (segunda ciudad en importancia) por la mañana, así que subimos a cubierta tras desayunar para ver las operaciones de atraque. La agencia de viajes nos recomendó que en Jamaica no fuésemos solos por seguridad, siendo mucho mejor ir en una excursión guiada… en Jamaica, el 98% de la población es “morena”, luego allí quien “destaca” eres tú.

Como dato curioso, hablan en Inglés, ya que fue antigua colonia, pero de forma un poco distinta. En vez de decir “wáter”, dicen (y me atrevo a decir que incluso escriben) “wata”, las terminaciones “er” las convierten en “a”, suena muy macarra.

La excursión que hicimos fue la de Jeep por la isla: nos montaron en unos todo terreno, 10 personas en cada uno, y nos dieron una vuelta por la zona. Primero fuimos a un mirador para ver toda la ciudad. De ahí fuimos a una antigua azucarera que ha sido reconvertida en iglesia con cárcel incluida para castigar a los esclavos rebeldes. Posteriormente estuvimos en una escuela en la localidad de Lethe (¡no aparece en Google Maps!) donde un grupo de niñas salieron a cantarnos y les dimos caramelos… me pareció de traca hacer eso: sacar a unas niñas de clase para que canten a un grupo de “blancos” por unos caramelos, pero no os penséis que un puñado a cada una, sino uno por cabeza, a ver si van a coger vicio. Alicia habló con la profesora y le dejaron hacer fotos del aula, así cuando se queje que no tiene medios, podrá ver cómo están por allí.

De la escuela nos fuimos a un jardín botánico, junto al Great River, donde pudimos bañarnos. Alicia sí que se metió, pero en mi caso sólo me mojé los pies y me refresqué la cabeza… ir luego el resto de la excursión con el bañador mojado no me llamaba la atención.

Para terminar la excursión, fuimos a la tienda de suvenires donde compre una camisa muy caribeña (hawaiana casi mejor) y una especias para hacer pollo jerk, que es el plato típico de la zona. De ahí nos dieron una vuelta por Montego Bay para ver la propia ciudad… la verdad es que el de la agencia tenía razón, la zona no se ve “segura”. Es más, las playas se recomienda ir a las de pago (igual que las normales, pero con seguridad) para evitar “problemas”.

La excursión nos dejó en el puerto y preguntamos al guía qué nos cobraba por ir con él a tomar algo típico, pero el hombre se subió un poco a la parra: 30€ por cabeza y comida incluida… así que ya probaremos el pollo jerk aquí en Alcalá con las especias que compramos. También es cierto que en el barco pudimos probarlo, así que al final no ha sido tan malo.

Como el barco no salía hasta por la tarde, aprovechamos para ver la zona portuaria sin salir del cerco de seguridad. Como en los aeropuertos, hay muchas tiendecillas, dutty free por estar en zona “internacional”. Sobre precios, para los turistas, están como en España, las camisetas, imanes y demás está al mismo precio. También es curioso ver cómo todas las tiendas están regentadas por indios, no por jamaicanos (¿o se dice jamaiquinos?). Andando por la zona pude ver a gente de la tripulación sentada en el suelo con portátiles, indicio de WiFi gratis, así que aproveché para llamar por Skype a casa, pero la velocidad era lamentable, aunque sirvió para decir que seguimos vivos. El barco también tiene cobertura móvil, pero a 2€ el minuto…

Una vez que el barco salió, a las 21:00 tuvimos el primer espectáculo a bordo: en el teatro del barco tuvimos una obra con bailarines llamado “El poder de la ópera”. Terminada la función, la cena, pues estábamos en el segundo turno. En tu tarjeta de acceso, te marcan el turno de cena y la mesa, así te juntan con gente para que te relaciones un poco.

Sobre la cena, he de decir que en mi actual empresa he podido ir a restaurantes muy interesantes, pero como el trato que hemos tenido en el barco, no lo he visto en ningún lado. Te llegas a sentir mal, pensado que casi son esclavos, pues es imposible estar más atento.

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