En "La Finca"

El jueves estuve en La Finca, en un curso.

Pensaba que el taxista no sabría ir, así que, llevaba preparado el itinerario de Google Maps impreso por si acaso… Nunca había ido por ahí, y la verdad es que es impresionante, tanto por los alrededores como por el complejo en si.

Una imagen vale más que mil palabras:

Desde la sala del curso

Todo son edificios, de unas cuatro alturas, de cristal oscuro, con algún tímido logo fuera (imagino que para no romper la estética).

El caso es que como no sabía ir, llegué muy pronto, lo que me tocó esperar un buen rato, que será recompensado, según me comentaron, con una camiseta promocional que me tienen que enviar… ya publicaré la foto (si es que me queda bien, y no me envían una que me quede petada).

Finde completo

Este finde comezó pronto. El mismo viernes, por la tarde/noche hicimos una quedad con los convictos y ex-convictos, aunque había alguna “estrella invitada”, que, pese a no ser convicto, sí estuvo con nosotros en el despacho.

El lugar fue “Terra Mundi”, un gallego situado en la calle Lope de Vega de Madrid, muy cerca del Congreso, donde dejé el coche en el parking cercano al Tyssen.

El sitio es bastante atípico: parece más un italiano que un gallego, y las camareras de gallegas tienen poco… Los platos no están mal, aunque no son “abundantes”, pero, ¿en qué restaurante de Madrid ponen platos abundantes?. Los pimientos de Padrón, que son como una ruleta rusa, dejaban algo que desear, pues ninguno picaba, lo que les quitó la gracia.

Finalmente, los postres, que son excelentes, aunque las Filloas no me llegaron a entusiasmar… sabían demasiado a naranja.

Tras el gallego, fuimos por Huertas a un hawaiano. Nunca había ido por ahí, lo que me resultó algo violento, continuamente te abordan relaciones públicas de garitos ofreciéndote copas gratis y ofertas similares.

Al llegar al hawaiano, había cola para entrar, así que, cambio de planes, al O’neils, un pub irlandés enorme y con música en directo. Tras las pinta de cerveza (en mi caso una cocacola), tocó retirada, no sin antes un susto en el coche con un loco que se cruzó por delante en la rotonda de Atocha (nada mejor que tomar la primera salida de la rotonda desde el interior).

El sábado, tocó hacer la compra a la velocidad del rayo, ya que el domingo no abren y teníamos que llevar un brownie a casa de unos amigos a los que no veíamos desde hace tiempo, además de no conocer su casa. Recordamos las batallitas del instituto y, algún que otro cotilleo de la uni (qué sabíamos de otros compañeros, etc…).

Cenamos allí, con un invento curioso: una especie de pizza “rápida”. Consiste en hacer una masa, bastante líquida, con huevos, mozzarella y leche, que se vierte sobre rebanadas de pan de molde. Se pone cobertura de bacon, jamón… y al horno.

Después de tanto ajetreo este finde, toca reposo, así que, a predicar con el ejemplo.

Plantas y alegría…

Alegría no, mejor dicho, ALERGIA, eso es lo que las plantas me están produciendo todo lo que llevo de semana.

En estos días, que más parece primavera que el crudo invierno, pues febrero suele ser duro, las plantas tiene los procesos de polinización como las cabras, es decir, locos perdidos.

Este estallido floral hace que según avanza el día, me vaya deteriorando hasta parece protagonista de cualquier culebrón de media tarde: lagrimones como melones (menos mal que no uso rimmel), nariz como un grifo y, como guinda, un dolor de cabeza que se manifiesta en todo su esplendor al terminar el día…

Voy a buscar una aspirina.

Titulado con título

Hoy, aprovechando el último examen del cuatrimestre de Alicia, lo he pedido de vacaciones.

Tras llevar a Alicia a Guadalajara, me he pasado por la uni, he aparcado el coche en el reservado para el rector (porque yo lo valgo) y recogido finalmente el título.

Hay que firmar por triplicado, en una especie de fotocopia, que va al registro nacional de títulos, un facsímil que se lo queda la uni en mi expediente y, finalmente, otro para mi. Luego, la secretaria tiene también que firmar, explicar que yo, en persona, fui a recogerlo… un rollo.

Tras el proyecto fin de carrera pensé que había terminado por completo con la uni, aunque, creo que ahora ya sí es definitivo, salvo que me meta en la asociación de antiguos alumnos (tengo que ver qué ventajas me aporta y cuánto me cuesta al año).

¿Por qué no voy al cine?

En estos días, hay un par de películas que me gustaría ir a ver al cine. Una de ellas es la segunda aventura de Mortadelo y Filemón y la otra es Cloverfield (o en su versión española, “monstruoso”… monstruosa la tradución del título).

De pequeño siempre había algún SuperHumor por casa, con el que me lo pasaba pipa, sobre todo leyendo las historietas de Ibañez. Otras famosas y de las que hubo peĺículas fueron Zipi y Zape, aunque de Escobar, y que no me hacía tanta gracia.

Sobre Cloverfield, se rumorea que trata del Cthulu, aunque hasta ahora, las pelis basadas en historias/mitología de H.P. Lovecraft no me han llamado la atención.

Volviendo al título del post, ¿por qué no voy a verlas?. Por estas razones:

1) Publicidad una vez empezada la peli. Podrían ponerla mientras se llena la sala, pero por el pastizal que cobran (6 pavos), la publicidad no es en absoluto tolerable.

2) Pipas y gentuza. Entre los que van a fagocitar al cine y los listos/gracioso se me quitan todas las ganas. Si vas al cine, es para ver una peli, sumergirte completamente en ella.

3) Me faltan al respeto/honor. ¿Por qué me insultan llamándome delincuente en los anuncios previos al film?. ¿Acaso irías a la casa de quien te degrada y te insulta?. Me parece aberrante que, pese a que la gente es vilipendiada con el anuncio anti-“piratería”, sigan riendo la gracia a los culturetas/titiriteros que han logrado esto.

Quizás tenga más razones, pero por lo pronto, esta son las que me quitan las ganas de ir al cine, mucho más que el robo a mano armada que es pagar la entrada.

ISS (Estación Espacial Internacional)

Ayer, jueves 31, al salir del curro vuelta al hogar, un objeto tan brillante como Venus y con esa misma coloración blanco “xenon” característica,  cruzaba el cielo.

En principio, parecía un avión de noche, pero las luces estroboscópicas que suelen tener se echaban en falta, además, según el “ángulo” con el que apunta, las luces van perdiendo/ganando intensidad y este “UFO” permanecía siempre igual, además de la coloración antes mencionada.

Al llegar a casa, con la mosca detrás de la oreja, no podía evitar comprobar si en verdad, aquello era la ISS, por lo que, entrando en una web de la Nasa, pude comprobar que mi sospecha era cierta.

Además, curiosamente, un aficionado en Córdoba ha podido fotografiarla con un telescopio.

Hoy, por si a alguien le interesa, sobre las 20:04 será visible en Madrid, pero como siga así el día, las nubes lo van a hacer un poco complicado.