De La Haya a Calatayud

La semana pasada no pude publicar, pues el mismo domingo 24 tuve que volar a las oficinas centrales para Europa, en La Haya. Dicha semana (la del 18)  fue algo movida, con las presentaciones presentando la nueva familia de productos, aunque por ahora sólo por Madrid y, la verdad, tampoco hay mucho que destacar.

Lo interesante vino a partir del 24, donde tuvimos un par de días de reuniones en La Haya al poder ver a todos los compañeros e incluso alguna estrella invitada. Al igual que la última vez, fuimos (dos personas desde Madrid) en EasyJet pero esta vez no tuvimos retraso, así que llegamos a Schiphol a la hora prevista, sobre las 20:30. Aprovechamos para esperar a los compañeros italianos que llegaban también a la misma hora y cenamos allí mismo, no sea que nos cerraran el restaurante del hotel. Cerca del Burguer King del aeropuerto, hay partes de avión a tamaño real, así que aproveché para unas fotillos:

En la turbina de un avión

En la turbina de un avión

Junto al tren de aterrizaje

Junto al tren de aterrizaje

Tren de aterrizaje

Tren de aterrizaje

Del aeropuerto fuimos en taxi (éramos 4, así que a dividir…) hacia el hotel en La Haya, en total sólo 100 euretes… Sobre todo, lo que es caro es la bajada de bandera. Una vez allí unas copas de bienvenida y a dormir para estar preparado para el día siguiente.

Tras todo un día de reuniones, fuimos a cenar. Nos llevaron a un restaurante muy cerca del Crazy Pianos, muy cerca de los cines Pathé, pero no recuerdo el nombre. La verdad es que la atención no fue nada buena, pues aunque estábamos en mesas separadas de no más de 6 personas, los platos no venían a la vez, obligando a esperar y tomarte lo tuyo frío. Lo gracioso es que fuimos todos (unas 25 personas) en un autobús que luego también nos recogía. La llegada al restaurante no fue mala, pero a la salida, el autobús todavía no estaba y nos tocó esperarlo en el punto de recogida, al lado del paseo marítimo, con un frío como pocas veces he visto. Me quejé del que pasamos en París los días que estuve allí, pero este es todavía peor, pues hacía mucho viento, haciéndolo horroroso. Pregunté a mi compañero de Suecia, y aunque allí hace todavía más frío, no hace viento, siendo más “llevadero”. Sinceramente, no sé qué temperatura hacía, pero las fuentes estaban heladas.

A la vuelta, de regreso a Madrid, el miércoles lo tuve tranquilo, pero el jueves me tocó ir a Zaragoza a visitar clientes. Lo gracioso es que el viernes, que he tenido de vacaciones (¡sí!, vacaciones, pero sólo un día, no vaya a ser que coja el gusto…) hemos ido a Calatayud, al hotel Castillo de Ayud, muy moderno y con un pack muy interesante: SPA y visita al Monasterio de Piedra incluido en precio.

El hotel es muy moderno, de hecho es “gay friendly” (como el famoso hotel de Lisboa al que he ido alguna que otra vez). El parking está todo lleno de graffitis, pero como veréis, no son de los típicos guarreras:

Parking del Hotel Castillo de Ayud

Parking del Hotel Castillo de Ayud

Parking del Hotel Castillo de Ayud (2)

Parking del Hotel Castillo de Ayud (2)

El mismo viernes, por la tarde, tras visitar Calatayud, nos fuimos al spa… yo nunca había estado y la verdad que estuvo bien. Había duchas con “sensaciones” (distintos botones que emulan tipos de lluvias), paseo con piedras (¡qué daño que hacía!, si es que tengo los pies sensibles), jacuzzy (burbujitas por todas partes), piscina con chorros diversos (con mucha fuerza, pero qué bien cuando te dan en la espalda), sauna, máquina de nieve (para frotarte cuando sales de la sauna), baño de agua fría (otra vez más, masoquismo puro al salir de la sauna), baño turco (no se veía nada ahí dentro… todo vapor) y camas calientes para relajarse mirando un techo “estrellado”. Se nos pasó la sesión de spa en un momento y, no sé qué habrá sido, pero ahora tengo hasta la piel más suave.

Por cierto, la vista de Calatayud, fue realmente rápida. Sinceramente, pensaba que era más grande y en un rato andando, vimos bastante (no me atrevo a decir todo pues seguro que nos quedamos sin ver lo mejor, como de costumbre…). Sobre la cena, muy cerca del hotel, está el restaurante “Nueva Mamma Mia“, donde cenamos muy bien…

Al día siguiente, fuimos al Monasterio de Piedra. Había estado hace muchos años y más o menos era como lo recordaba. La visita, de unas dos horas y media y unos 9 km de recorrido merece la pena. Es curios cómo en una zona más o menos seca puede encontrarse tal vergel, con cascadas (una de ellas, con 40m de caída), cuevas y pequeños lagos con aguas cristalinas:

Ruta por el Monasterio de Piedra

Ruta por el Monasterio de Piedra

Aquí podéis descargar la ruta por el Monasterio de Piedra para verla en Google Maps: Ruta por el Monasterio de piedra (KML file).

Para comer, comimos en uno de los restaurantes del lugar, a un precio razonable y con calidad aceptable. Queríamos haber comprado unos imanes para la nevera, como de costumbre, pero esto eran un poco caros… Tras la comida, fuimos también al interior del monasterio, con una visita guiada bastante curiosa.

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Finalizando la visita tuve un pequeño problema: una ampolla en el talón derecho. Como el jueves estuve conduciendo al ir a Zaragoza, ya tenía el talón resentido (del pie del acelerador, me he fijado que tras un viaje largo, el zapato me hace daño). La caminata con las botas y los “calcetines lija” hicieron el resto, así que tengo una buena ampolla en el talón. Como la semana que viene la tengo mucho más movida, el domingo no hemos hecho nada para evitar salir de casa (teníamos un café en casa de una amiga que hemos tenido que cancelar) y que nada me roce el talón, estando con las chanclas todo el día.

La vuelta en coche, sin problema, lo único que la A-2, está continuamente señalizada a 100, a 120, a 90, a 120, a 100… llega un momento que no sabes cuál es la velocidad del tramo tras tanto cambio, así que espero que el “camuflado” que estaba estratégicamente escondido no me haya fotografiado por ir a 120 en un tramo de 100.

Otra nevada en Madrid

Ya en la entrada anterior comenté que hacía bastante frío, pues bien, el domingo pasado estuvo nevando desde por la tarde, sin prisa pero sin pausa, así que el lunes por la mañana estaba todo como una postal navideña.

Alicia, que empezaba el cole tras las vacaciones, se fue a dormir esperando que se cancelaran las clases… y así fue, en toda la comunidad de Madrid según comentaron en las noticias mientras desayunaba. En cualquier caso, los colegios no pueden “cerrar”, así que sí o sí tenía que ir por los chavales que se acercaran por allí. En mi caso, las reuniones que tenía ese día seguían confirmadas y fue de lo más curioso, pues la primera de ellas, por la mañana, una de las personas no pudo asistir, pero con la tecnología, estuvo presente por videoconferencia desde su casa.

El resto de la semana ha sido muy movido. Aunque no he salido de Madrid, he estado hasta arriba, trasnochando con temas del curro. Por cierto, ¡tenemos oficinas!. Hay una importante empresa de oficinas en las que, una vez que eres “socio”, puedes ir allí a trabajar, teniendo edificios por todo el mundo. Además de ir a trabajar, también se pueden reservar salas de reuniones. Lástima que no tenga una cerca de casa (que pueda ir en bici o andando).

El sábado, tras ir de compras en plena marabunta de rebajas, tocó ir a Tres Cantos… hacía tiempo que no iba por allí y la zona de Alcobendas ha cambiado un poco. Quedamos con Antonio y luego, llamé a Carlos, antiguos compañeros de trabajo, con quienes nos lo pasamos genial. Estuvimos en un bar de moteros, con un concierto de Rock&Roll en directo y, aunque es una música que no me acaba de convencer, en directo se más interesante.

El domingo tuvimos comida familiar, donde Pablo (mi hermano) nos preparó unas “delicatessens”. La verdad es que no es algo que me vaya (ayer en Tres Cantos, cayó un “Ranchero” en el Foster’s Hollywood), pero bueno, pasamos un buen rato y parece que le gusta ser cocinillas. Por cierto, ya me pudo dar mi regalo de navidad, pues el envío se había retrasado un poco: unos gemelos muy chulos para unas nuevas camisas que me he comprado aprovechando las rebajas.

Navidad, frío y servidor otra vez caído

La verdad es que no he tenido vacaciones, salvo el miércoles 30 que nos “escapamos” por la tarde y trabajé desde Montijo al día siguiente para estar el fin de año con la familia. Es curioso, hemos tenido reuniones hasta el último día, luchado para cerrar el trimestre lo mejor posible, dentro de la “crisis”…

El mismo día, al llegar a Montijo, por la noche detecté que el server no respondía, pero bueno, esta vez he pasado un poco del asunto, pues en dos días tocaba volver. La otra vez que estuvimos allí, aprovechamos para comprar un blister de jamón “del bueno” (en la carnicería lo cortan y lo envasan al vacío), así que esta vez tampoco podía ser menos: Nada mejor para cenar que jamoncito rico rico y un vasito de vino. Por cierto, este año no hemos hecho nada en fin de año, salvo ver un poco la tele, los refritos que ponen las cadenas con supuestas fiestas grabadas e imágenes de archivos.

El domingo volvimos a casa a primera hora por la mañana y, aprovechando las rebajas, por la tarde fuimos a ver ropa, pues luego vas más adelante y ya no les queda nada… La verdad que las rebajas al 50% no están nada mal.

Sobre el server, pudimos ver que aunque le daba a encender no hacía nada, así que quité componentes y resultó que, cuando quitaba la CPU el sistema, aparentemente arrancaba. Encargué una nueva CPU en App Informática que me llegó en un par de días (aunque con el día de Reyes de por medio). Al probarlo, el PC seguía sin arrancar, así que procedí a analizar la placa más a fondo, resultando en un componente quemado y un par electrolíticos un pelín “gorditos” (a punto de explotar).  Aprovechando que tuve que ir a Madrid, pasé por Alternate para pillar una nueva placa base… Nada más llegar a casa lo probé y, funcionar funciona, pero no sin problemas (initrd no encontrado). A día de hoy, el PC arranca correctamente, no hay trazas extrañas del kernel, me reconoce toda la RAM, pero con un par de incidencias:

1) La salida HDMI no funciona bien, debido a la tarjeta Intel GMA X4500 integrada en la placa. Por ahora no parece estar muy soportada en Linux. Para salir del paso, he puesto una antigua tarjeta NVIDIA con refrigeración pasiva, pero conectada por cable VGA a la tele, lo que sólo me da unos 1300 de resolución, viéndose un poco peor que el Full HD que tenía antes.

2) El audio, pese a ser en teoría el mismo chipset, el Realtek ACL888, no suena… ya estoy cansado de mirar qué pasa, así que por ahora lo dejo.

Al menos está “operativo” y puedo volver a escribir en el blog de nuevo, lo que explica el retraso de estas dos semanas en actualizar, además, con el trabajo he estado bastante liado, pues el viernes ya me tocó ir a Lisboa, en viaje relámpago de un día… Lo peor es que iba con maleta, con lo que ello implica: estar dos horas antes en el aeropuerto para facturar.

Finalmente, sobre el frío, pensaba que el vuelo a Lisboa se cancelaría, pero no fue así. Tanto a la ida ( a las 5 de la mañana, como a la vuelta, sobre las 23:00) pude ver hielo en los charcos… incluso el sábado, por la mañana en el tubo de la caldera de casa:

Estalactitas en la chimenea

Estalactitas en la chimenea