Desde Seattle (y IV)

Finalmente, aquí vienen las fotos que tomé en mi aventura en Seattle.

Tenemos fotos desde la terminal 5 de Heathrow, con la escalera mecánica más larga de todo el aeropuerto, pero esta vez, no como cuando fui a ver a Alicia, que la vi por fuera, sino esta vez montado en ella.

La mayoría de las fotos son nocturnas, pues al salir del trabajo ya era un poco tarde. Desde fotos del downtown, hasta las cenas con todos los compañeros. También hay fotos desde las oficinas y hasta una galleta de la suerte que no tiene mala pinta… a ver si es verdad.

Finalmente, tenemos fotos de la casa de un compañero, quien se ofreció a llevarnos a CostCo y a Fry’s para comprar, así que luego, en su casa nos deshicimos de todos los embalajes.

Por cierto, al ver en el aeropuerto publicidad de la empresa, fue obligado hacernos fotos.

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Sesión fotográfica

A menos de una hora para ir a comer, me piden una foto vestido de romano para el dichoso artículo que me han hecho escribir. Ante la urgencia, incluso me proponen usar la ropa de otra persona, a lo que no accedo, eso sí, usando como excusa que estoy sin afeitar todo guarrete.

Consigo convencerles para ir en un momento a casa, recortarme la barba y ponerme la parte de arriba del traje.

A la vuelta, me están esperando los de marketing para la foto. No se les ocurre nada mejor que sacar un logo corporativo que abundan por los pasillos, pero no por cualquier pasillo, sino por el que pasa todo el mundo para ir al comedor y ya es la una (avalancha para ingerir alimentos).

De vaqueros, con zapatos de senderismo (estos días llueve…), camisa, corbata y americana… de traca. Todo el mundo intrigado mirando por qué hacen tantas fotos (cerca de 10). Espero que al menos me den el número de la revista, porque después de tanta vejación, no es para menos.

No se puede hacer fotos

El viernes, al salir del curro, fuimos a darnos una vuelta por el centro comercial Ciudad de Tres Cantos (3C).

Tras un brownie del Burger King, que están bastante bien y son, con diferencia, más baratos que el cualquier otro sitio, tocó pasar por el stand de Wii.

A mi la Wii, ni fu ni fa, pero Alicia insistió y convenció a Antonio a una partidilla al boxeo.

Peleando con la Wii

Yo, como fotógrafo del evento, dando vueltas por ahí sacando las fotillos, cuando de repente, me sale una de las azafatas:

Azafata: No se pueden hacer fotos

Yo: ¡Qué tontería!

A: Está prohibido sacar fotos

Y: Deja de decir tonterías  y déjame en paz.

Parecía que me había librado de ella, cuando aparece el “responsable del stand”.

Responsable: Soy el responsable del stand y no puede hacer foto

Y: ¿Sí?, demuéstralo, enseñame tu acreditación

R: A ver, voy de buen rollo y está prohibido hacer fotos

Y: ¿Qué tontería?, ¿sabes lo que estás diciendo?

R: Nintendo tiene normas de no hacer fotos

Y: En este país, Nintendo no hace las leyes, estoy en un sitio público y fotografío lo que me da la gana

R: La ley dice que no puede hacer fotos

Y: ¿Qué ley?, ¿la de tus cojones?

R: A ver, voy de buen rollo y no quiero llamar a seguridad

Y: Llama, que luego llamo yo la policía y me van a dar la razón

R (que no se atreve a llamar a “seguridad”): Es que hay niños que podrían salir y yo soy el responsable

Y: Tú serás responsable de que un crío pegue un puñetazo a otro al agitar el mando, pero, si el niño no es OBJETO de la foto, sino ACCESORIO, es completamente legal

En este momento, Alicia y Antonio, que estaban al lado, intervienen, comentando que las fotos son a ellos y la cámara es de Alicia

Finalmente, por no dar más el cante y como tenía la foto que quería, guardo la cámara, eso sí, nada más llegar a casa, busco temas de legislación sobre este incidente, dándome la razón.

En cualquier caso, es cierto que hay centros comerciales en los que está prohibido las fotografías (por derechos de imagen), pero no es el caso, ya que en Ciudad de Tres Cantos está únicamente prohibido los perros, patinar, bicis y fumar.