Sesión fotográfica

A menos de una hora para ir a comer, me piden una foto vestido de romano para el dichoso artículo que me han hecho escribir. Ante la urgencia, incluso me proponen usar la ropa de otra persona, a lo que no accedo, eso sí, usando como excusa que estoy sin afeitar todo guarrete.

Consigo convencerles para ir en un momento a casa, recortarme la barba y ponerme la parte de arriba del traje.

A la vuelta, me están esperando los de marketing para la foto. No se les ocurre nada mejor que sacar un logo corporativo que abundan por los pasillos, pero no por cualquier pasillo, sino por el que pasa todo el mundo para ir al comedor y ya es la una (avalancha para ingerir alimentos).

De vaqueros, con zapatos de senderismo (estos días llueve…), camisa, corbata y americana… de traca. Todo el mundo intrigado mirando por qué hacen tantas fotos (cerca de 10). Espero que al menos me den el número de la revista, porque después de tanta vejación, no es para menos.

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