¿Quién dijo que las grandes operadoras son mejores?

Hace algún tiempo, migré a Yoigo: me pareció una operadora simple y clara, justo lo que me hace falta.

Ahora, por motivos laborales, he contratado un número con Vodafone y todo va de mal en peor:

1) Me cobran, sin avisarme, el alta de línea.

2) Las “tarifas planas” que NECESITO para ver el correo cuando estoy fuera, no son tan planas: Deberían llamarse algo así como “Mierda-Tarifa-para-ver-Vodrifone-Live” o “Caca-Tarifa-que-si-navegas-libremente-te-meto-un-palo-que-te-avío”…

3) Siempre que llamo, me paso de media hora a tres cuartos para cualquier tontería

4) Los operadores me cuentan cada uno una cosa distinta

¿Quién decía que Yoigo es una mierda?, ¿Y Vodafone?. Con Yoigo sólo tuve un problema: tardaron mucho en enviarme el móvil y por culpa de Orange no pudieron hacer la portabilidad.

Otro operador grandes es Telefónica. Acabo de abrir una segunda queja por la mierda del ADSL que me ofrecen: 1Mbps y 20GB al mes de transferencia. Además, sospecho que el troncal que tiene mi central es de baja capacidad, pues por las tardes y fines de semana navegar se hace un suplicio: Salta el time-out del navegador constantemente. Además, ahora que está Alicia fuera, el Skype se ha convertido en fundamental.

Y de Telefónica no sólo me quejo del ADSL, el jueves pasado descubrí que las llamadas de teléfono a través de esta gente son una basura: cada dos por tres se me cortaba la llamada con la locución “En estos momentos hay sobrecarga en la red”. ¡¡¡¡Estoy en una conferencia internacional, no me pueden hacer eso!!!. A la tercera vez, usé el móvil y sin problema, lo que demuestra que es mi central, no las líneas internacionales lo que se satura.

El problema de todo esto es, ¿qué puedo hacer?. Ya he llamado a Ono, a Jazztel.. y en mi zona sólo se puede Timofónica. Me da que me voy a pasar a Yoigo y usar el 3G por 1,2 euros al día como esto siga así…

Semana tranquila

La semana tras el puente ha sido muy tranquila… quizás demasiado.

Tenía previsto continuar con un proyecto, pero a última hora se paralizó, así que, no he tenido ni excursiones ni sobresaltos. Aunque mucha acción puede ser estresante, un poco se echa de menos.

Lo más interesante fue cenar el viernes en Wagaboo, un restaurante muy “moderno” en el que, sinceramente, no entraría de motu proprio, pero que me sorprendió gratamente.

La comida era muy interesante, y lo digo yo, que soy un poco especial comiendo, además que el precio no es desorbitado… en mi opinión como un Gino’s, con un servicio con diferencia mucho mejor (¿el pinganillo que llevan los camareros tendrá algo que ver?), una presentación cuidada y unos platos muy variados (la carta no tiene muchos, pero todos muy distintos).

Al entrar no me di cuenta, pero la próxima vez que vaya pediré pasta: en la cocina, separada con un cristal que te permite ver todo, había un cocinero oriental que no dejaba de hacer fideos (no creo que se llamen espaguettis si son orientales…), estirando una y otra vez la pasta hasta hacer largos filamentos.