Semana tranquila

La semana tras el puente ha sido muy tranquila… quizás demasiado.

Tenía previsto continuar con un proyecto, pero a última hora se paralizó, así que, no he tenido ni excursiones ni sobresaltos. Aunque mucha acción puede ser estresante, un poco se echa de menos.

Lo más interesante fue cenar el viernes en Wagaboo, un restaurante muy “moderno” en el que, sinceramente, no entraría de motu proprio, pero que me sorprendió gratamente.

La comida era muy interesante, y lo digo yo, que soy un poco especial comiendo, además que el precio no es desorbitado… en mi opinión como un Gino’s, con un servicio con diferencia mucho mejor (¿el pinganillo que llevan los camareros tendrá algo que ver?), una presentación cuidada y unos platos muy variados (la carta no tiene muchos, pero todos muy distintos).

Al entrar no me di cuenta, pero la próxima vez que vaya pediré pasta: en la cocina, separada con un cristal que te permite ver todo, había un cocinero oriental que no dejaba de hacer fideos (no creo que se llamen espaguettis si son orientales…), estirando una y otra vez la pasta hasta hacer largos filamentos.

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