Alegres vecinos

Hoy ha tocado reunión de compañeros del curro. Después de cenar, volviendo a casa dando un tranquilo paseo, se oye a lo lejos un gentío cantando.

Mientras vemos las luces del piso de los vecinos encendidas, pensamos que podrían ser ellos. Conforme nos acercamos, quizás por efecto de la propagación del sonido dejamos de oirlo, así que, lo más seguro es que se tratase de un grupo de botelloneros que pasaban.

Llegamos al portal y todo en calma, lo que confirma la hipótesis de los del botellón.

Al salir del ascensor vamos que nos hemos equivocado, son los de la puerta de al lado, que se deben estar despidiendo del piso, pues su casero les ha dicho que se tienen que ir.

Ahora mismo es la una y media de la madrugada. Siguen cantando a grito pelao, otros hablan de sus cosas y mientras, no se dejan de oir botellas moviéndose.

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