Nuestro hotel estaba justo al frente del Capa Negra, donde además vendían los bonos turísticos, los Yellow Bus.
Cogimos el bus de dos plantas en la Praça de Mousinho de Alburquerque, donde está el Monumento aos Heróis da Guerra Peninsular:
Y viajando en el bus:
Nos dimos buenas vueltas, pasando de una línea de bus turístico a otra, acabando en Vila Nova de Gaia, al otro lado del Duero
Allí, en Vila Nova, aprovechamos para comer en una bar al lado del embarcadero donde esperábamos un barco (todo esto entra en el Yellow Bus) que nos daría un paseíto por el río (unos 45 minutos):
Del crucero, fuimos a ver unas bodegas, las Calem. Esperamos para reunir suficientes españoles para darnos un tour en nuestro idioma. Yo pensaba que el oporto era un vino “normal”, pero no, tiene truco que hace que tenga muchos más grados que el normal: cortan la fermentación con aguardiente. Lo mejor fue la cata del final… ya sabéis que quien escribe está acostumbrado al Jameson, así que lo noté muy flojito, pero Alicia casi le da un síncope. También nos explicaron los tipos de Oporto que hay, las botellas, … y como no, luego a la tienda a ver si compras algo.
Volvimos al bus turístico para continuar con el resto de líneas (hasta Matosinhos) y tramos que nos perdimos para finalmente llegar al hotel y, como por los alrededores no hay nada, repetimos en el Capa Negra II. Eso sí, no fue otra francesinha, sino una sopa de marisco que sirve dentro de un bollo de pan hueco.
En ese tino deben caber al menos 25.000 litros!
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No recuerdo exactamente, por eso no he querido excederme. Recuerdo lo 15.000 litros, pero como había barricas de todos los tamaños es posible… lo mejor es lo bien que olía dentro (como en cualquier bodega)
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Por cierto, tengo por casa Hendríck’s y Fever Tree…tu ya sabes…
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Yum yum! El problema es que luego hay que coger el coche… eso es sólo cuando sé que no tengo que salir de casa 🙂
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