Foto del premio de Norauto

Aquí está la foto de los ganadores del premio de Norauto. Fue gracioso que la foto la sacara Alicia, pues habían olvidado tener la cámara preparada con tarjeta de memoria… Alicia, que suele llevar la suya en el bolso, hizo las fotos y se las envió para que las publiquen en la revista interna:

Foto a los ganadores del premio de Norauto

Foto a los ganadores del premio de Norauto

Cerrando el trimestre y premio de Norauto

Tras tres semanas de abandono del blog, del facebook y de todo, vuelvo por aquí de nuevo. La verdad es que con el cierre del trimestre el último mes se vuelve una pesadilla, sin tiempo para nada.

En la semana del 8 al 12, tuvimos training en Madrid, así que de un lado para otro para prepararlo todo. Además, en esa semana tuve un montón de reuniones por lo que con tanto viaje, al final tienes que recuperar el tiempo como sea, ya que tengo la mala costumbre no contestar emails ni llamar cuando estoy en el coche conduciendo. El jueves ya fue la retraca: salió un viaje para la zona de levante al día siguiente, lo que implica el viernes levantarte a las 4:00 a.m. para llegar a tu destino a las 9:00. Al menos no fui sólo y se hizo más ameno… eso sí, esta vez como no era yo el que conducía, tuve incluso conference calls desde el coche, con el laptop en el regazo. La guinda de ese viernes fue una cena familiar en mi propia casa a la que llegué a plato puesto, pues entre ida y vuelta se nos hizo un pelín tarde.

Siguiendo con esa semana, el sábado, totalmente destrozado nos tocó hacer un pequeño recado: entretener a un compañero de la empresa de la central de Seattle… Le recogimos (como era en sábado, vino Alicia) en el aeropuerto y le llevamos al hotel. La verdad es que el Palace está muy bien, pero que en la habitación (le dijimos que le esperábamos en el hall, pero insistió en que subiésemos)  no tenga bañera sino ducha me pareció un poco raro.

Una vez con las maletas en la habitación, le estuvimos enseñando Madrid. El museo del Prado (justo enfrente), barrio de las letras, Sol, la Gran Vía, Montera, Callao, Preciados, el Corte Inglés (para comprar una botella de Absolute Rasberry), Plaza Mayor, Ópera, el Palacio Real y la Almudena. La verdad es que nunca había (yo) visto la Almudena, así que aprovechamos que había misa para entrar a verla. En este caso, el compañero es católico, así que sabía de qué iban los últimos minutos de misa que vimos (peace be with you, decía…). También he de reconocer que nos vino muy bien el sentarnos un rato (a este paso recupero la fé). Finalizada la misa nos dimos una vuelta por dentro y me sorprendió ver una estatua de José María Escrivá de Balaguer. También había alguna que otra pintura bastante moderna para mi idea de catedral.

De allí, fuimos a cenar a Juan Bravo 25, un sitio de comida española. Me habían dicho que lo mejor era llevarle al “mesón de la tortilla”, pero tampoco me pareció adecuado llevarlo a una tasca. La verdad es que comimos muy bien:  un entrante de jamón ibérico que le encantó y supo apreciar el sabor, el regusto que deja el jamón bueno en la boca. De principal, nada mejor que un buen plato de rabo de toro, o como yo le decía, la “spanish viagra”. Para acompañar todo esto, un buen vino habría sido mejor, pero quizás una sangría auténtica es más difícil de encontrar en USA.

El domingo fue el momento para terminar de arreglar el HTPC y dejarlo operativo… o eso pensaba pero vendrá más adelante.

La semana del 15, el compañero dió el training de dos días, así que por esta vez estuve de oyente y más relajado, aunque como estaba “disponible”, eso implica estar entrando y saliendo de la sala para atender y realizar llamadas. Para la cena del lunes, nada mejor que un restaurante con los compañeros y alumnos del training (venidos incluso desde Portugal). El sitio elegido fue el Restaurante Di Blu de las Tablas. El martes, como último día del training, estuve con el compañero en el HardRock Café. Parece que es fan de estos sitios, así que tras acompañarle a un tienda de recuerdos españoles (compró un torito y no sé qué chorradas más) fuimos allí a cenar. La verdad es que nunca había estado y es un lugar excelente. Quizás la mejor hamburguesa que he comido. La verdad, es que con la excusa del compañero, me he pasado casi toda la semana comiendo fuera de casa. No pensé que me pudiera cansar, pero eché de menos comer tranquilo en casa una comida ligera.

Y hablando de más comidas fuera de casa, el 19 fue fue el día del padre, donde la idea era ir algún lado, pero al final, tras una peregrinación de restaurante en resurante, acabamos en casa pidiendo al chino. Al día siguiente, como la casa la teníamos un poco olvidada, nos pusimos en plan “spring cleaning” y le dimos un buen repaso que buena falta hacía. También se me ocurrió actualizar la distro del server, lo que me ha ocasionado no pocos problemas, reconfigurar varios servicios… y encima, como suele ocurrir, los backups cuando te hacen falta sirven de poco. En cualquier caso, pude solucionar todo en unas pocas horas.

Ya en esta semana, ha sido más labor de oficina pero bastante intensa, pues las cosas “técnicas” que tengo que hacer se convierten en secundarias por el cierre de trimestre, así que al final me toca a última hora y con todo el agobio de no ser capaz de terminar a tiempo. Ahora estoy evaluando la próxima versión del software que vamos a sacar, lo que es un proceso tedioso y realmente aburrido (ir menú por menú, instalar, desinstalar, actualizar…).

El sábado, casi olvido contarlo, fuimos a Norauto por la mañana a recoger un premio. Con el reventón que tuve, cambié allí las ruedas del coche. Pasados unos días, me llamaron diciendo que me había tocado la promo, consistente en devolverme el importe de las ruedas (pero no la mano de obra, etc…). Además, nos lo han dado en un cheque y no en vale para la tienda, por lo que tratamoss cobrarlo ese mismo día, pero los bancos ya no son lo que eran y no abren en sábado. Aprovechando que ya estábamos fuera, Alicia fue a hacerse una fotos para el pasaporte en Carrefour, así que mientras esperábamos, entramos y compré un mando a distancia para el PC que funciona perfectamente, así que ya puedo usar el Media Centre con un mando “normal” y no con el teclado… es mucho más cómodo para hacer zapping.

Por cierto, como Alicia no pudo ir al Hard Rock, fuimos ayer los dos. Aparqué en el parking de Colón (no sin una buena pirula involuntaria para entrar, metiéndome por dirección prohibida). Nos dijeron que hasta pasada una hora no había mesa (¡y sólo eran las 20:15!). Nos dimos una vuelta por la zona y volvimos para que nos dieran el localizador y aprovechamos para tomar algo en el bar: un cocktail llamado “Hurricane” con copa incluida. Para comer, nada mejor que los nachos (aunque el queso no es lo mío) y una buena Hickory BBQ Burger.

Por cierto, la imagen graciosa de hoy: ¿quién quiere una Play Station teniendo esto?

Pay Station

Pay (que no Play) Station

Volviendo a la calma

Bueno, relativamente, pues la semana del 22 de Febrero, tuve trainings en Madrid y Barcelona de la nueva plataforma antispam, así que, estuve un poco liado preparando todo (pues como todo producto nuevo, hay que prepararlo más de la cuenta por las posibles preguntas de “vicente”, el niño repelente).

En el fin de semana, que es cuando suelo actualizar el blog, estuve liado con el server, pues desde la última catástrofe, lo tenía sin audio y sin HDMI, por lo que su funcionalidad como HTPC era escasa. Fuimos a Alternate a comprar la tarjeta de sonido más simple que funciona en Linux y una gráfica Nvidia con HDMI. Pues bien, resulta que la de sonido, si no la arrancas antes con Windows no hay nada que hacer, pues tiene que cargar el firmware. Por suerte el HTPC lo compré con Windows XP, así que me tocó arrancarlo, algo que no hacía desde que lo compré hace 4 años o más… Lo gracioso es que me pedía el registro y me tocó llamar al número de teléfono para el número de serie. Es la primera vez que lo hago, así que imaginaos lo gracioso que fue cuando me dice que el número que estoy metiendo no es correcto. Revisé la pegatina del PC y estaban mal los números. Corregidos éstos, el proceso terminó sin problema, instalé el driver de creative (Sound Blaster 5.1 VX) y listos.

Lo peor vino con la tarjeta gráfica: hubo un momento que pensé en tirarla por la ventana. Resulta que como lleva disipador pasivo con un chip nvidia “de los últimos”, ocupa un par de ranuras, lo que no permitía a la tarjeta sintonizadora entrar. En un HTPC es un asunto crítico el no tener sintonizadora TDT, así que dejé la antigua tarjeta conectada por VGA al televisor (pero no me permite tener 1080 de resolución). Al menos el sonido ya funciona, aunque se ve un pelín borroso por la interpolación del televisor.

Lo bueno de ese fin de semana, es que aprovechando el viaje a Algete (donde está Alternate) pasamos por Tres Cantos a comer con Antonio. También aprovechamos para ir al Factory (de “Sanse”) y comprar un par de vaqueros en la tienda Lee, pues los que compré de PdH en cortefiel hace poco se me rompieron por la bragueta… Alicia lo pudo arreglar, o mejor dicho, “franquesteinizar” con la máquina de coser.

La primera semana de Marzo, ha sido tranquila, en cuanto a viajes, pero he estado muy liado. Lo bueno es que por fin he terminado los webinars, así que hasta el siguiente trimestre ya tengo una cosa menos, pues, como no me da tiempo, al final acabo o bien en el fin de semana haciéndolos o la noche anterior hasta las tantas… También me he quitado todos los correos pendientes, pues tenía temas por contestar desde hace hasta más de dos semanas. Con tanto viaje, al final vas atendiendo a lo que explota. Ha sido una semana de mucho spotify y trabajo “administrativo” (excels, excels y más excels…).

Este sábado aproveché para ir a Alternate para devolver la tarjeta. Me imprimí su página web donde decían que sólo ocupa un slot y tuvieron que darme el dinero de vuelta. Menos mal que no les conté que le quité el disipador, le puse uno más pequeño con el que alcanzó los 170ºC (sí, 170, no me he equivocado, estaba en la zona “roja” del medidor) pues de seguro que no me cambiaban. También fui a App Informática a darles la brasa con un PLC. Ya lo comenté hace tiempo, tengo la casa con PLC para usar el WiFi sólo con el móvil. Pues bien, los PCL de Rimax no son nada buenos y no me duran más de un año. La primera remesa tuvo dos RMA (devoluciones), donde en la segunda me cambiaron el modelo. Este tercero que se me ha roto (justo pasado un año tras la compra) lo he llevado a la tienda, pues Rimax no te deja gestionar por ti mismo el RMA.

Bueno, poco más que contar. Como cosa curiosa, al volver el miércoles 24 a casa tras el training de Barcelona, media T4 estaba apagada. Tuvimos retraso en la salida y el comandante del avión nos comentó que en Madrid había problemas con el radar, pero parece que, según la foto, el problema era generalizado:

Media T4 apagada

Media T4 apagada

De juzgados incompetentes a Mallorca

Esta semana, Alicia y yo fuimos al juzgado de Alcalá para ver si por fin nos dan ya la fecha para FIRMAR (sí, firmar los papeles, que nadie piense en un bodorrio con carroza y arroz) y, ¿cuál es la sorpresa?, pues que esa panda de inútiles que ahí trabajan (no se salva ni uno) han perdido los papeles… encima, el puñetero gordo perezoso que sólo se dedica a incubar sus almorranas, nos pide el justificante de haberlo entregado alguna vez… es decir, primero nos llama mentirosos y, de tener el papel que nos pide, podemos seguir hablando pese a “faltar dichos papeles”.

Subimos al registro y Alicia consigue, como favor-te-debo-la-vida, que nos fotocopien el papel que dice que sí hemos entregado lo que el retrasado mental antes mencionado nos había pedido. Total, que volvemos a verle y, como tienen mucho que hacer, ya no nos pueden atender y nos dicen que nos llamarán a lo largo de la mañana. En fin, como decía Alicia, estos son los que dan mala fama al resto.

Sobre las 13:30 me llaman para decir que la declaración jurada que hemos presentado no vale, pues Alicia no aparece empadronada en el piso que dimos como dirección, sino donde vivíamos antes y que la fiscal (que no debe tener mucho curro) ha tirado atrás… Me entran los mil males y les digo que por su inutilidad llevo 6 meses de retraso para firmar un papel de mierda y que si piensan, para hacer tanta averiguación, que si esto lo hacemos por conveniencia, que no es cubana ni norcoreana para armar tanto lío. La pendeja parece que se le quita la chulería y se compromete a indicarlo a la tontolaba (alías la fiscal) y que llamaría en lo que queda de semana. Estamos a domingo y sigo a la espera. Mañana llamaré, a ver si es que lo que ha perdido esta vez es el cerebro.

Al día siguiente, viaje de ida y vuelta a Barcelona. Con el Mobile World Congress, ya me pensaba en lo peor (todo hasta arriba), y con posibilidad de lluvia de un 70% lo hacía todavía menos agradable, pero bueno, al final  no tuve problema y el día estuvo bien. Además, la gente de Vueling me adelantaron el vuelo gratis, lo que se agradece en una “low-cost” (aunque por el servicio que da, no se merece este apelativo). Sinceramente, dudo que otras no low-cost, sean capaces de dar ese nivel de servicio aún cobrando hasta 5 veces más.

Para terminar la semana, fui a Mallorca. Allí sí que había estado lloviendo y por la tarde se puso a llover cuando venía el taxi a por mi, lo que hacía complicado ir a buscarle, pues el ParcBit (parque tecnológico) todavía no lo dominan los taxistas y no sabía muy bien dónde le estaba esperando. Lo peor del viaje fue la vuelta, en la dichosa RyanAir. Evito a esa compañía tanto como puedo, pues es lo peor de lo peor. Esta vez se pusieron a comprobar todas las maletas de forma exhaustiva con una caja metálica: si no cabe, pagas 35 euretes. Pues bien, por un par de centímetros, mi trolley no entró (pese a sobrarle en las otras dos dimensiones), así que a pargar toca. La verdad es que me da igual, pues no es mi problema, pero me fastidió que sólo se pueda pagar en metálico, cosa que no suelo llevar encima… ¿por qué no lo pasan a la tarjeta del boleto?, ¿no es posible pagar con tarjeta?. Está claro que el truco es una maleta larga y estrecha que no una pequeña y un poco ancha (las ruedas no pasaban).

El fin de semana ha sido muy tranquilo, prácticamente una cura de sueño. Con los vuelos de los últimos días, he estado madrugando bastante, así que pocas ganas tenía de ir por ahí. El sábado fuimos a cenar otra vez al Chacabuco con unos amigos y ya pedimos la pizza grande (eso sí, a repartir entre cuatro).

Desde el Sur al Norte (de España)

Otra vez no he vuelto a postear en dos semanas… pero incluso en fin de semana he estado liado preparando las reuniones y demos.

La primera semana de Febrero ha sido para el sur de España, haciendo Madrid-Murcia-Madrid y Madrid-Tenerife-Las Palmas-Madrid, lo que me ha tendido 3 días fuera. La semana siguiente ha sido el norte, donde finalmente hice Madrid-Bilbao-San Sebastián-Madrid y luego Madrid-Oviedo-Gijón-Madrid.

El viaje a Murcia lo hice en tren, que se tardaba más o menos lo mismo que en coche y me permite trabajar mientras. Con el GPS medí algún tramo a 180 Km/h, lo que no está mal y las paradas son muy rápidas, tanto que como no estés en la puerta al llegar en la estación, quizás te tengas que bajar en la siguiente. Nunca había estado en Murcia y por suerte no me hizo mucho frío ni llovió. Ese lunes, llegué un poco tarde a casa, pues llegué de vuelta a Chamartín a las 23:30.

Al día siguiente, martes, a Canarias, donde la primera parada fue Tenerife, en el “famoso” aeropuerto de Tenerife Norte. Según me contó la gente de allí, parece que al encargado de hacer el aeropuerto le preguntaron dónde NO había que construirlo… y lo edificaron ahí mismo. Al ir llegando, el piloto comentó que trataría de aterrizar en él, pero que si no podía, iríamos a Tenerife Sur… Unos días antes hubo riadas en Tenerife y una especie de tormenta tropical todavía estaba por la zona, pero en las últimas. Por las calles todavía había barrillo en las aceras y en verjas se veía suciedad a más de un metro de lo que arrastró la riada, además de garajes achicando el agua tras la inundación. Tenerife está a la bajada de un barranco y el agua acaba llegando en forma de riada cuando llueve en La Laguna (en la zona alta).

Arco Iris en Tenerife

Arco Iris en Tenerife

En Tenerife

En Tenerife

Mi idea de Canarias es la visión de Lanzarote que he visto en fotos, por lo que Tenerife me ha sorprendido muchísimo. Todo muy verde, pero verde tropical intenso. Imagino que debe llover regularmente, pues estando por allí, chispeaba de forma contínua… pero bueno, como he comentado, la tormenta estaba en sus últimas horas.

Por la tarde cogí un vuelo de Binter Canarias para ir de Tenerife a Las Palmas. La idea inicial era coger un ferry, pero por previsión de la tormenta, cogí el avión. Es la primera vez que voy en uno de hélices (que como las mueven, pueden ir marcha atrás) y no se va tan mal como pensaba, pues de ruido hace más o menos lo mismo y el trato, pese a ser un vuelo de media hora, me dieron agua y una chocolatina típica de allí, las Tirma.

Al llegar a Las Palmas, aeropuerto de Gando, me entró un momento pánico: pensaba que había llegado a otro aeropuerto distinto, pues según la publicidad de Binter en el avión, había varios posibles destinos dentro de Gran Canaria. Por otro lado, al ser una base militar, pensaba que era algún tipo de aeródromo, y un avión de RyanAir me hizo sospechar que era un aeropuerto secundario. Al final resultó que sólo ese era el único aeropuerto. Para ir hasta la ciudad, como está un poco alejado, cogí un autobús, pero los jubilados guiris italianos, que no entienden qué es una cola, hicieron complicado la subida al autobús.

Ya en la ciudad, como de costumbre, fui a cenar a un chino, donde pude comprobar que es igual que en Madrid. También fui de decomisos y bazares en busca de electrónica a bajo coste, pero creo que es  un mito. Quizás hace años sí merecía la pena, pero no hay nada como tener a Alicia con Internet y llamarla para comprobar precios en tiempo real.

Al día siguiente, tras las reuniones, llegué al aeropuerto justo cuando la puerta de embarque abría, con apenas 15 minutos antes de que el avión salga. Parte de la culpa del retraso, la tuvo la comida en un japonés con el cliente, donde el camarero se pone a cocinar en tu mesa… Cuando en el control un pasajero se “atascaba” al pitar en el detector y no dejaban pasar al resto, me entraron los mil males… siempre viene bien algo de acción. El cielo, tanto a la ida como a la vuelta, estaba un poco cubierto, mi ventana daba al Atlántico, no hacia la costa y no se veía mucho, así que sólo tenía como alternativa divertida dormir durante el vuelo.

En la siguiente semana, hice los viajes en coche. Tenía una demo en Bilbao y salí temprano. La verdad es que por allí todo bien, pero lloviendo, pues la dichosa tormenta de Canarias había subido hacia la península. En San Sebastián, donde fui por la tarde, me cayó una buena lluvia, justo cuando iba andando… menos mal que el chubasquero y paraguas oficiales de mi empresa me protegieron bien, pero el trolley se mojó bastante, entrando un poco de agua.

A la vuelta, vino lo peor, pasando Burgos, a 130 Km de Madrid y sobre las 23:00, me reventó la rueda trasera derecha. Lo único que noté fue que, al adelantar a un camión, comenzó a vibrar el coche y hacer un extraño sonido. Pensaba que era el pavimento, pero cambiando de carril seguía igual… poco a poco el ruido se hizo peor y me hizo sospechar de la rueda (pensaba que era la delantera derecha), pero como no quería estar de noche y lloviendo en un arcén cambiándola, seguí conduciendo más despacio hasta la primera gasolinera. No fueron más de 10 Km, pero la rueda quedó totalmente destrozada y humeante cuando paré:

Rueda Reventada (I)

Rueda Reventada (I)

Rueda Reventada (II)

Rueda Reventada (II)

Como ya tengo práctica, en 10 minutos ya estaba de continuando el camino, pero con un intenso olor a goma quemada dentro del coche. Al día siguiente, por la tarde, fui a Norauto y cambié las cuatro, que ya tenían 50.000Km y casi 3 años, por lo que ya les iba tocando (aunque podrían haber aguantado un poco).

Tras el viaje del lunes, el miércoles salí por la tarde hacia Oviedo, donde hice noche para evitar el palizón. Cogí un hotel muy céntrico, cerca de ¿la catedral?

¿Catedral de Oviedo?

¿Catedral de Oviedo?

Para cenar, fui a un chino, como es mi costumbre para saber si es igual de todas partes. La verdad que el pollo al limón fue muy raro y no me gustó… Además, entraron un par de yonkis al restaurante pidiendo un plato de arroz y pensé que terminarían atracándolo, ya sería la guinda final.

Al día siguiente, por Oviedo ya nevaba un poco al ir por la calle andando. De allí, a medio día salí hacia Gijón, donde seguía nevando.

En Gijón

En Gijón

Por cierto, para una de las reuniones, la dirección no venía en el GPS (calle nueva y planos no actualizados), así que terminé buscándola en Google Maps y algún gracioso puso la empresa en otro sitio, por el centro de Gijón, cuando en realidad está en las afueras… Nada mejor que un poco de stress para seguir con el día.

De Gijón salí sobre las 18:30 nevando, con obligación de cadenas en Pajares. Afortunadamente, la autovía de peaje no pasa por allí, pero sí estaba toda nevada… tanto, que íbamos todos los coches detrás de un camión que nos iba abriendo camino. Los quitanieves estaban funcionando en sentido contrario (bajada del puerto), pero a la subida, los tres carriles sólo eran uno e íbamos a menos de 50 Km/h. Algún 4×4 se atrevía a adelantar, pero lo peor eran los flipaos que con un astra o similar se atrevían a ir por la nieve. Pasado uno de los largos túneles la nieve se acabó, pero seguíamos a -10 ºC. Finalmente, llegué a casa, más o menos tarde, pero sin percances ni reventones, eso sí, el coche llegó un pelín sucio (y con nieve todavía en la matrícula):

Coche tras el viaje

Coche tras el viaje

Por cierto, he estado jugando con el nuevo servicio Buzz de Google. Tiene geolocalización cuando comentas algo, así que casualmente vi comentarios (salen unos globitos en el mapa) sobre un italiano de Torrejón, el Chacabuco, con muy buenas recomendaciones, así que decidimos probarlo y no nos defraudó. Tuvimos suerte al ir temprano, ya que casi todo el mundo iba con reserva. Como curiosidad, tenían “papas con mojo”, así que lo que no comí en Canarias, lo probé en Torrejón.

De La Haya a Calatayud

La semana pasada no pude publicar, pues el mismo domingo 24 tuve que volar a las oficinas centrales para Europa, en La Haya. Dicha semana (la del 18)  fue algo movida, con las presentaciones presentando la nueva familia de productos, aunque por ahora sólo por Madrid y, la verdad, tampoco hay mucho que destacar.

Lo interesante vino a partir del 24, donde tuvimos un par de días de reuniones en La Haya al poder ver a todos los compañeros e incluso alguna estrella invitada. Al igual que la última vez, fuimos (dos personas desde Madrid) en EasyJet pero esta vez no tuvimos retraso, así que llegamos a Schiphol a la hora prevista, sobre las 20:30. Aprovechamos para esperar a los compañeros italianos que llegaban también a la misma hora y cenamos allí mismo, no sea que nos cerraran el restaurante del hotel. Cerca del Burguer King del aeropuerto, hay partes de avión a tamaño real, así que aproveché para unas fotillos:

En la turbina de un avión

En la turbina de un avión

Junto al tren de aterrizaje

Junto al tren de aterrizaje

Tren de aterrizaje

Tren de aterrizaje

Del aeropuerto fuimos en taxi (éramos 4, así que a dividir…) hacia el hotel en La Haya, en total sólo 100 euretes… Sobre todo, lo que es caro es la bajada de bandera. Una vez allí unas copas de bienvenida y a dormir para estar preparado para el día siguiente.

Tras todo un día de reuniones, fuimos a cenar. Nos llevaron a un restaurante muy cerca del Crazy Pianos, muy cerca de los cines Pathé, pero no recuerdo el nombre. La verdad es que la atención no fue nada buena, pues aunque estábamos en mesas separadas de no más de 6 personas, los platos no venían a la vez, obligando a esperar y tomarte lo tuyo frío. Lo gracioso es que fuimos todos (unas 25 personas) en un autobús que luego también nos recogía. La llegada al restaurante no fue mala, pero a la salida, el autobús todavía no estaba y nos tocó esperarlo en el punto de recogida, al lado del paseo marítimo, con un frío como pocas veces he visto. Me quejé del que pasamos en París los días que estuve allí, pero este es todavía peor, pues hacía mucho viento, haciéndolo horroroso. Pregunté a mi compañero de Suecia, y aunque allí hace todavía más frío, no hace viento, siendo más “llevadero”. Sinceramente, no sé qué temperatura hacía, pero las fuentes estaban heladas.

A la vuelta, de regreso a Madrid, el miércoles lo tuve tranquilo, pero el jueves me tocó ir a Zaragoza a visitar clientes. Lo gracioso es que el viernes, que he tenido de vacaciones (¡sí!, vacaciones, pero sólo un día, no vaya a ser que coja el gusto…) hemos ido a Calatayud, al hotel Castillo de Ayud, muy moderno y con un pack muy interesante: SPA y visita al Monasterio de Piedra incluido en precio.

El hotel es muy moderno, de hecho es “gay friendly” (como el famoso hotel de Lisboa al que he ido alguna que otra vez). El parking está todo lleno de graffitis, pero como veréis, no son de los típicos guarreras:

Parking del Hotel Castillo de Ayud

Parking del Hotel Castillo de Ayud

Parking del Hotel Castillo de Ayud (2)

Parking del Hotel Castillo de Ayud (2)

El mismo viernes, por la tarde, tras visitar Calatayud, nos fuimos al spa… yo nunca había estado y la verdad que estuvo bien. Había duchas con “sensaciones” (distintos botones que emulan tipos de lluvias), paseo con piedras (¡qué daño que hacía!, si es que tengo los pies sensibles), jacuzzy (burbujitas por todas partes), piscina con chorros diversos (con mucha fuerza, pero qué bien cuando te dan en la espalda), sauna, máquina de nieve (para frotarte cuando sales de la sauna), baño de agua fría (otra vez más, masoquismo puro al salir de la sauna), baño turco (no se veía nada ahí dentro… todo vapor) y camas calientes para relajarse mirando un techo “estrellado”. Se nos pasó la sesión de spa en un momento y, no sé qué habrá sido, pero ahora tengo hasta la piel más suave.

Por cierto, la vista de Calatayud, fue realmente rápida. Sinceramente, pensaba que era más grande y en un rato andando, vimos bastante (no me atrevo a decir todo pues seguro que nos quedamos sin ver lo mejor, como de costumbre…). Sobre la cena, muy cerca del hotel, está el restaurante “Nueva Mamma Mia“, donde cenamos muy bien…

Al día siguiente, fuimos al Monasterio de Piedra. Había estado hace muchos años y más o menos era como lo recordaba. La visita, de unas dos horas y media y unos 9 km de recorrido merece la pena. Es curios cómo en una zona más o menos seca puede encontrarse tal vergel, con cascadas (una de ellas, con 40m de caída), cuevas y pequeños lagos con aguas cristalinas:

Ruta por el Monasterio de Piedra

Ruta por el Monasterio de Piedra

Aquí podéis descargar la ruta por el Monasterio de Piedra para verla en Google Maps: Ruta por el Monasterio de piedra (KML file).

Para comer, comimos en uno de los restaurantes del lugar, a un precio razonable y con calidad aceptable. Queríamos haber comprado unos imanes para la nevera, como de costumbre, pero esto eran un poco caros… Tras la comida, fuimos también al interior del monasterio, con una visita guiada bastante curiosa.

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Finalizando la visita tuve un pequeño problema: una ampolla en el talón derecho. Como el jueves estuve conduciendo al ir a Zaragoza, ya tenía el talón resentido (del pie del acelerador, me he fijado que tras un viaje largo, el zapato me hace daño). La caminata con las botas y los “calcetines lija” hicieron el resto, así que tengo una buena ampolla en el talón. Como la semana que viene la tengo mucho más movida, el domingo no hemos hecho nada para evitar salir de casa (teníamos un café en casa de una amiga que hemos tenido que cancelar) y que nada me roce el talón, estando con las chanclas todo el día.

La vuelta en coche, sin problema, lo único que la A-2, está continuamente señalizada a 100, a 120, a 90, a 120, a 100… llega un momento que no sabes cuál es la velocidad del tramo tras tanto cambio, así que espero que el “camuflado” que estaba estratégicamente escondido no me haya fotografiado por ir a 120 en un tramo de 100.

Otra nevada en Madrid

Ya en la entrada anterior comenté que hacía bastante frío, pues bien, el domingo pasado estuvo nevando desde por la tarde, sin prisa pero sin pausa, así que el lunes por la mañana estaba todo como una postal navideña.

Alicia, que empezaba el cole tras las vacaciones, se fue a dormir esperando que se cancelaran las clases… y así fue, en toda la comunidad de Madrid según comentaron en las noticias mientras desayunaba. En cualquier caso, los colegios no pueden “cerrar”, así que sí o sí tenía que ir por los chavales que se acercaran por allí. En mi caso, las reuniones que tenía ese día seguían confirmadas y fue de lo más curioso, pues la primera de ellas, por la mañana, una de las personas no pudo asistir, pero con la tecnología, estuvo presente por videoconferencia desde su casa.

El resto de la semana ha sido muy movido. Aunque no he salido de Madrid, he estado hasta arriba, trasnochando con temas del curro. Por cierto, ¡tenemos oficinas!. Hay una importante empresa de oficinas en las que, una vez que eres “socio”, puedes ir allí a trabajar, teniendo edificios por todo el mundo. Además de ir a trabajar, también se pueden reservar salas de reuniones. Lástima que no tenga una cerca de casa (que pueda ir en bici o andando).

El sábado, tras ir de compras en plena marabunta de rebajas, tocó ir a Tres Cantos… hacía tiempo que no iba por allí y la zona de Alcobendas ha cambiado un poco. Quedamos con Antonio y luego, llamé a Carlos, antiguos compañeros de trabajo, con quienes nos lo pasamos genial. Estuvimos en un bar de moteros, con un concierto de Rock&Roll en directo y, aunque es una música que no me acaba de convencer, en directo se más interesante.

El domingo tuvimos comida familiar, donde Pablo (mi hermano) nos preparó unas “delicatessens”. La verdad es que no es algo que me vaya (ayer en Tres Cantos, cayó un “Ranchero” en el Foster’s Hollywood), pero bueno, pasamos un buen rato y parece que le gusta ser cocinillas. Por cierto, ya me pudo dar mi regalo de navidad, pues el envío se había retrasado un poco: unos gemelos muy chulos para unas nuevas camisas que me he comprado aprovechando las rebajas.

Navidad, frío y servidor otra vez caído

La verdad es que no he tenido vacaciones, salvo el miércoles 30 que nos “escapamos” por la tarde y trabajé desde Montijo al día siguiente para estar el fin de año con la familia. Es curioso, hemos tenido reuniones hasta el último día, luchado para cerrar el trimestre lo mejor posible, dentro de la “crisis”…

El mismo día, al llegar a Montijo, por la noche detecté que el server no respondía, pero bueno, esta vez he pasado un poco del asunto, pues en dos días tocaba volver. La otra vez que estuvimos allí, aprovechamos para comprar un blister de jamón “del bueno” (en la carnicería lo cortan y lo envasan al vacío), así que esta vez tampoco podía ser menos: Nada mejor para cenar que jamoncito rico rico y un vasito de vino. Por cierto, este año no hemos hecho nada en fin de año, salvo ver un poco la tele, los refritos que ponen las cadenas con supuestas fiestas grabadas e imágenes de archivos.

El domingo volvimos a casa a primera hora por la mañana y, aprovechando las rebajas, por la tarde fuimos a ver ropa, pues luego vas más adelante y ya no les queda nada… La verdad que las rebajas al 50% no están nada mal.

Sobre el server, pudimos ver que aunque le daba a encender no hacía nada, así que quité componentes y resultó que, cuando quitaba la CPU el sistema, aparentemente arrancaba. Encargué una nueva CPU en App Informática que me llegó en un par de días (aunque con el día de Reyes de por medio). Al probarlo, el PC seguía sin arrancar, así que procedí a analizar la placa más a fondo, resultando en un componente quemado y un par electrolíticos un pelín “gorditos” (a punto de explotar).  Aprovechando que tuve que ir a Madrid, pasé por Alternate para pillar una nueva placa base… Nada más llegar a casa lo probé y, funcionar funciona, pero no sin problemas (initrd no encontrado). A día de hoy, el PC arranca correctamente, no hay trazas extrañas del kernel, me reconoce toda la RAM, pero con un par de incidencias:

1) La salida HDMI no funciona bien, debido a la tarjeta Intel GMA X4500 integrada en la placa. Por ahora no parece estar muy soportada en Linux. Para salir del paso, he puesto una antigua tarjeta NVIDIA con refrigeración pasiva, pero conectada por cable VGA a la tele, lo que sólo me da unos 1300 de resolución, viéndose un poco peor que el Full HD que tenía antes.

2) El audio, pese a ser en teoría el mismo chipset, el Realtek ACL888, no suena… ya estoy cansado de mirar qué pasa, así que por ahora lo dejo.

Al menos está “operativo” y puedo volver a escribir en el blog de nuevo, lo que explica el retraso de estas dos semanas en actualizar, además, con el trabajo he estado bastante liado, pues el viernes ya me tocó ir a Lisboa, en viaje relámpago de un día… Lo peor es que iba con maleta, con lo que ello implica: estar dos horas antes en el aeropuerto para facturar.

Finalmente, sobre el frío, pensaba que el vuelo a Lisboa se cancelaría, pero no fue así. Tanto a la ida ( a las 5 de la mañana, como a la vuelta, sobre las 23:00) pude ver hielo en los charcos… incluso el sábado, por la mañana en el tubo de la caldera de casa:

Estalactitas en la chimenea

Estalactitas en la chimenea

Navidad en París

La semana pasada no escribí nada, pues debido a retrasos en los vuelos, llegué el domingo a casa muy muy tarde.

La semana comenzó con un training, creo que hemos batido record con los asistentes y más si tenemos en cuenta las fechas que son y todo el mundo está como loco cerrando proyectos.

Lo mejor llegó el viernes, donde tenía un vuelo a las 7:30 para ir a París, a una reunión de la zona. Como siempre parece que tienen que surgir problemas, es la semana en la que ha nevado en España y, si aquí nieva, en Francia más… El mismo lunes el compañero de Holanda confirmó que allí era todo un caos: sin tranvías, trenes… al menos veo que los problemas no sólo los tenemos nosotros (aunque allí la nevada fue mucho más copiosa). El caso es que el aeropuerto Charles de Gaulle estaba impracticable y nuestro vuelo se retrasó unas dos horas, con lo que ello implica, pues es el mismo avió el que va y viene, así que al final del día, el retraso debió ser terrible.

Finalmente llegamos a la terminal 1, que se ve antigua y el diseño es bastante raro, pues hay momentos donde no puedes ya retroceder. El caso es que pude ver los Airbus A-380 de Air France. Del aeropuerto, tomamos un pequeño tren automático, estilo T-4 de Madrid, que nos llevó a la estación de tren, nada que ver con Schiphol, pues esta sólo tiene cuatro vías… Otro problema es que había huelga, en principio de metro, pero parece que también afecta a los trenes normales, pues teníamos que haber cogido el de las 12:05 a París y no llegó hasta veinte minutos más tarde. Nos bajamos en Gare du Nord,  donde una compañera estaba esperando un taxi para ir todos juntos a la reunión. Por cierto, el precio del taxi no me pareció más caro que el de Madrid.

El hotel, por el que pasamos antes de la reunión, está en La Défense, el centro de negocios de París. Dejamos las maletas y nos dirigimos andando hacia el Grande Arche, donde tenemos la oficina para la reunión. Por cierto, ¡qué frío que hacía!, todo nevado y yo de traje…

Grande Arche en La Défense

Grande Arche en La Défense

Por cierto, desde el Grande Arche, se ve el Arco del Triunfo:

Archo del Triunfo desde Grande Arche (allí al fondo)

Archo del Triunfo desde Grande Arche (allí al fondo)

Se suponía que teníamos que haber empezado a las 14:00, pero justo a esa hora llegamos a la oficina sin comer. Lo bueno es que como había un mercadillo navideño justo delante, comimos en una especie de alemán donde festejaban el Oktober Fest…





Tras la comida, la reunión, que duró más de lo previsto, pero no fue mal. De allí nos fuimos a un hotel cercano, el Renaissance. Estaba un poco preocupado, pues Alicia se unía a nosotros por la tarde al salir del cole, pero con los retrasos y demás… miedo me daba que no llegara. Al final, justo para la cena consiguió llegar, la fui a recoger al Gran Arco y comenzamos la excelente cena, con Foie, un Côte de Boeuf y una Crème Brûlée excelente todo.

Una vez finalizado, la verdad es que pensaba que eran más de las doce, pues cerramos nosotros el restaurante, pero no, resultó que sólo eran las 22:30 y nuestro jefe se ofreció a darnos un tour nocturno por la ciudad: Campos Elíseos, Saint Germain, Louvre, la Ópera…

Al día siguiente, dejamos el Novotel La Défense, y nos fuimos hacia el centro, al hotel Eiffel Rive Gauche, más cercano a los sitios turísticos. Cogimos el metro y pillamos un pase por un día. Primero nos bajamos en La Concorde y de allí, aprovechamos para desayunar un crepé en los Campos Elíseos (el hotel no tenía desayuno) y llegamos a Los Inválidos, a golpe de GPS por fin llegamos al hotel donde nos dejaron hacer el check-in antes de tiempo y dejar las cosas. De allí fuimos a la Torre Eiffel, que es mucho más grande de lo que pensaba, aunque en París todo es grande: cualquier palacio, cualquier parque es ENORME en comparación con Madrid… allí no escatimaron en nada.

Debido al frío que hacía, no era viable seguir andando por la zona, así que nos montamos en una batea de las que circula por el Sena (y encima usando el carné de estudiante…). Dimos toda la vuelta y nos bajamos al lado de Notre-Dame. La verdad es que la esperaba más grande… Quizás en España estamos acostumbrados a catedrales “grande” (Burgos, Toledo, León, …) y no me pareció gran cosa. De allí nos fuimos a Sacré Coeur, en Montmartre. La zona es “rara” (por decirlo finamente), pues había ¿traficantes? en la estación (gente que daba dinero y recibía una ¿papelina? a cambio, vendiendo tabaco, muchas tiendas con móviles a 25 euros… en cualquier caso, la basílica del Sagrado Corazón mereció la pena, con unas excelentes vistas de París y muy bien conservada.

De allí, volvimos a los Campos Elíseos y vimos el mercadillo, además, al lado está el Museo de los Descubrimientos (una especie de museo de ciencia), así que entramos, donde pudimos ver experimentos en vivo con oxígeno líquido y otros productos químicos… incluso entramos en un taller de matemáticas donde tenían juegos de teoría de grafos (ya no recuerdo mucho de todo aquello que estudié). Con el cierre del museo, nos volvimos hacia École Militaire, viendo de nuevo la torre Eiffel, pero ya de noche, con el faro que tiene arriba. Cenamos en un chino cercano al hotel y nos fuimos a descansar, aunque pasando por una pastelería típica antes de llegar a la habitación, donde aprovechamos la WiFi incluida en la habitación para ver qué ver al día siguiente.

Madrugamos un poco (nos habíamos dormido muy temprano) y nos dirigimos al Museo del Louvre cargados con todo, pero sin problema, pues hay taquillas gratis. Allí no coló que éramos estudiantes, pues también piden la edad… En cualquier caso, el museo es enorme y acabamos muy hartos de ver cosas. Hay obras de Leonardo da Vinci, incluso la Mona Lisa, que no está en la sala que indica el famoso  libro de Dan Brown… De ahí seguimos con artistas españoles, africanos (muy divertido) y holandeses, pero tanto arte, al final llega a ser aburrido, por lo que la parte de Egipto (después del British Museum), Persa (otra vez el British…) ya nos daba casi igual… Estuvimos en el museo cerca de 6 horas. Salimos a comer en el centro comercial que tiene (sí, dentro del museo hay un centro comercial), pero un menú “normal” eran 18 euros y estaba todo hasta arriba de gente, así que, recogimos nuestras cosas y nos fuimos hacia Ópera para ver las Galerías LaFayette, donde sale el autobús directo al aeropuerto, no sin antes tomar algo en una pizzería a muy buen precio, pero como ya sabía, en Francia donde te clavan es en la bebida… ¡6 euros por una botella!.

Nos fuimos hacia el aeropuerto bastante temprano, sobre las 18:00, cuando el vuelo era a las 21:30, pues sólo queríamos estar tranquilos sentados en algún sitio caliente. Lo mejor fue que al llegar, el vuelo se había retrasado, así que no salimos de allí hasta 00:30, llegando a casa el domingo a las 3:00… un poco más y vamos a trabajar de empalme.

Bueno, el resto de la semana ha sido muy corto, con Nochebuena y Navidad. Por cierto, este año, no he comprado lotería, así que como en años anteriores, no me ha tocado y me he ahorrado el boleto. Por cierto, más adelante hablaré de los regalos… 🙂